miércoles, 1 de agosto de 2007

VIVA LA PULCRITUD

Todos quienes visitamos un restaurante no deseamos imaginarnos por ningún motivo al cocinero o al chef yendo al baño. Desean una propuesta "honesta", "nada rebuscada": "queremos comer sanito y sin muchas pretensiones" pero no queremos, bajo ningún respecto, imaginarnos al chef o a la chef desnuda o por lo menos no en ese momento. ESTA SERÍA UNA DE LAS MAS HONESTAS SITUACIONES DEL SER HUMANO: ir al baño a lavarnos las manos, lavarnos la caras, bueno, lavarnos todas nuestras caras. Queremos comer bien, sano, natural bajo una conducta anti natura como no asearnos porque no sudamos. No hay otra manera de describirlo. Queremos un jefe de cocina pulcro, que nunca está arrugado, que está almidonado, blanco y aún así ni queremos que no se ensucie ni si quiera el delantal, diseñado para tal menester. Cuando algunos de nosotros nos negamos por un rato a salir a la sala nos referimos a que no estamos completos, en ese momento, para dar lo mejor de nuestra imagen. Todos sudamos en cocina, unos mas que otros. Y es importante resaltar que Madonna cuando hace una parrilla argentina también suda. Ensucia su ropa como todos nosotros con la diferencia que no se lo pone mas mientras le da la vuelta a su walking closet una vez mas. Sentimos una profunda repulsión hacia nuestras necesidades fisiológicas. Existe un viejo aforismo que dice así: "no comas donde cagas". Es solo un problema geográfico pero aquí ya en estas líneas ya comienza a aparecer cierto humor escatológico. Todos nuestros templos han insistido en trasformar las medidas sanitarias en dogmas.

No hay comentarios.: