jueves, 9 de agosto de 2007


AMARILLO
AZUL
ROJO
No necesariamente cuando nos referimos a enaltecer nuestras costumbres locales queremos decir que hay que pegarle un banderita al carro o que bailemos juntos "el pájaro guarandol". Cada quien desde su perspectiva, considero, debe aportar algo sin apartarse de su norte particular ni de su propio crecimiento dentro de la sociedad. Hace poco, sentado con mi esposa Adriana y observando su trabajo de colores sobre cuero, desde mi chinchorro me di cuenta que asi como existen colores primarios, que se mezclan entre si para lograr los secundarios ¿Por qué después de tantos años nadie ha pensado que los sabores se pueden tratar como si fueran colores? Basado en esto llegué a la conclusión de que siempre han existido pero visto desde el lado mas difícil, que sería el subjetivo. Sí, muy bien: es maravilloso la subjetividad de un proceso matemático. Es maravillosa también la parte objetiva de la subjetividad. Je je !!! Aquí en este punto olvídese del tiempo y el espacio. ¿Qué seríamos sin la ambiguedad? No es mas que la justificación de un proceso que no necesariamente comprendemos pero no hay problema, existe asi para facilitar la no-comprensión . Retomando, comencé a ver la cocina venezolana no como un conjunto de platos tìpicos sino como un conjunto de sabores, que permutados se mutiplicarìan exponencialmente y nos llevaría a una serie de platos que no son tìpicos. Aún así arrancaría llantos y alegrías inexplicablemente, según se los merezca el comensal. Primero que nada para conseguir una "cocina venezolana contemporánea" tenemos que creer en la fusión dentro de la cocina. Crear una gran base de datos para lograr múltiples reacciones acarrea también los sabores que son un asco y que hay que tirar a la basura. Tenga en cuenta que existen preparaciones o combinaciones que hay que tirar a la basura en el momento indicado antes de que lo convierta a usted en un riesgo. Una base de datos ideal para la cocina venezolana suele llevaría un tiempo armarla. Esta debería contener un buen back up de aderezos, salsas, sopas, cremas, proteínas. Debe contener métodos locales de cocción, maneras de elegir ingredientes autóctonos en el mercado, por ejemplo. Conocer la diversidad de especies locales, conocer los perfumes de las cocinas venezolanas y el comportamiento de cada elemento que usaremos logrará que persista en el tiempo y de quede como parte de la doctrina culinaria venezolana. El saber de los números, tema que a muchos no gusta, trasmitiría la manera de procesarlos, sus mermas, rendimientos. Ya establecida la base de datos comienza la permuta. Arme su permuta y consiga sabores nuevos que hagan llorar. Fundamente su trabajo históricamente para que no se lo lleve el viento y tenga una columna vertebral: no escriba en el aire. Tenga siempre a la mano papel y lápiz. Cree sus propios códigos. El empirismo no es malo mientras la cocina no sea su negocio y no necesite convertirlo en números.

Mi manera de colaborar con esa parte nacionalista es la búsqueda de novedosas maneras de ser venezolano mientras hago lo que me gusta.Y recuerden, cocineros, no se debe trabajar tanto porque después no queda tiempo para hacer dinero.

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